Bioquímica para el ejercicio físico.

Saludos a mis queridos lectores, este es mi primer post y lo voy a dedicar como no podía ser de otra manera a mis dos pasiones, la bioquímica y el ejercicio físico. Hay quienes no sabrían decir cuando o a que edad se les encendió la bombilla sobre a que dedicarse en el futuro, otros en cambio afirmarán que desde que tienen uso de razón saben a que quieren dedicarse en el futuro o que se dedican a lo que siempre habían soñado desde pequeños, yo en cambio me encuentro en el término medio. Desde que uso la razón (hallá por el añó 1994 d.C.) admiro al deporte y a los deportistas pero desde que tuve la necesidad de usar la razón de forma razonable, valga la redundancia,  para encontrar mi vocación en esta vida comencé a interesarme acerca de todos los procesos bioquímicos y fisiológicos que se llevan a cabo durante el ejercicio físico y acerca de que compuestos químicos podían mejorar los resultados de los entrenamientos sin tener que recurrir a tratamientos de dudosa o clara ilegalidad.

Claro está que a mi edad no he tenido tiempo de realizar trabajos de investigación, así que solo me limitaré a alabar las bondades de la creatina, una molécula casi milagrosa en el ámbito del gimnasio y la musculación.

La molécula anteriormente citada fue la que mas me llamó la atención cuando comencé a indagar en este ámbito. Lo más probable es que la mayoría de lectores conozca o les resulte familiar ya que es el suplemento alimenticio estrella en los gimnasios de hoy en día. La creatina fue descubierta en 1832 por Michel Eugene Chevreul y parece ser que fueron los Soviéticos los primeros en utilizarla como suplemento en el deporte en la década de los 60.

Esta molécula se sintetiza de forma natural en nuestro cuerpo a partir de aminoácidos y se almacena principalmente (85%) en el músculo esquelético con la ayuda de la creatin kinasa. Pero la mayor parte de este compuesto lo obtenemos de la dieta, siendo los alimentos de origen animal los más ricos en creatina. Se almacena en el músculo debido a que éste es incapaz de sintetizarla y la creatina constituye una fuente inmediata y directa para generar ATP.

En el ejercicio anaeróbico las reservas de ATP del músculo se agotan al poco de comenzar el trabajo físico por lo que la creatina realiza un papel fundamental al proveer de energía (ATP) a la célula muscular. Por ello es muy común la ingesta de esta molécula en los gimnasios ya que permite la realización de un trabajo de mayor intensidad con una fatiga menor y lo que conlleva a mejores resultados en menos tiempo, si hablamos de “musculación”, para los que estén menos familiarizados, aumento del tamaño de los músculos. Estos resultados hay quien los achaca simplemente a la retención de agua por parte de la creatina en el músculo o incluso quienes afirman que esta molécula, que a mi tanto me atrae físicamente nunca mejor dicho, no tiene ninguna relación con la mejoría de los resultados ya que el músculo no absorbe más de la necesaria, es decir, no captará mas por ingerir más. Yo en cambio prefiero pensar que sí que mejora los resultados y hacer caso a quienes aseguran que una ingesta mayor de creatina da lugar a un incremento mayor en el crecimiento muscular. Lo cierto es que esta molécula ayuda a realizar un ejercicio físico de mayor intensidad y a una rápida recuperación lo que “sin más vueltas” conlleva un mejor desarrollo muscular.